Ansiedad o Estrés. Aprende a distinguirlos.
- Psicóloga Aura Hernández Rosas
- 22 feb 2023
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 23 mar 2023
“Me siento muy estresado, ¿eso quiere decir que estoy ansioso? “

En ocasiones podemos sentirnos llenos de presión y/o preocupaciones y comentamos que estamos estresados, sin embargo, no todo es estrés y no todo el estrés va a generar ansiedad.
Revisemos algunos términos:
¿Qué es Estrés? Es cualquier reto o exigencia que produzca a la persona un estado de tensión y que requiera un cambio o acción de parte de ésta.
¿Qué es Ansiedad? Es un miedo anticipado de padecer una desgracia o algún tipo de daño que se de en el futuro, viene acompañada de temor o de tensión en el cuerpo.
No todo el estrés y la ansiedad es mala, por lo que vamos a revisar cuándo debemos preocuparnos y hacer un plan de acción.
El estrés puede ser positivo o negativo.
El estrés positivo será uno que te motive, por ejemplo: darte cuenta que te falta un conocimiento o acción para lograr lo que deseas, y entonces, buscas activamente opciones de aprendizaje, realizar actividades para desarrollar la habilidad con un correcto manejo de la frustración hasta lograr el objetivo.
El estrés positivo sirve como estímulo positivo, te dará motivación, ánimo, intención de hacer. No deberá durar mucho tiempo, porque la motivación no logrará mantenerse en intensidad, por lo que hay que renovar metas para que no se sienta uno rebasado.
El estrés negativo es el que te hace preocuparte, que sientes que puede rebasarte, se observa como una situación compleja y que no tienes claro cómo se va a solucionar. También puede tener consecuencias que no desearías, por lo que te genera más tensión y atención. Puede generar sensación física como dolor de cabeza, inquietud, tensión muscular.
La ansiedad también puede ser positiva y negativa.
Ansiedad Positiva. Sirve para la supervivencia.
Por ejemplo. Cuando vas a cruzar la calle y escuchas el rechinido de unas llantas, a la par del sonido de un claxon muy fuerte y alarmante. La amígdala (se encuentra en el cerebro) interpretará la situación como peligrosa, y activará un estado de ALERTA! PELIGRO! por lo que mandará instrucciones al cuerpo para que corra, se mueva para la banqueta rápidamente. Todo esto en muy poco tiempo y no se va a parar a revisar ¿realmente hay un peligro? Eso no es posible, porque pueden atropellarte!! Entonces hay que correr. Después ya verificaremos.
Entonces la ansiedad positiva sirve para conservarte vivo y saludable.
Después del evento, sea que si había peligro o no, la persona regresará a un estado tranquilo en un tiempo mediano y no será algo que le preocupe.
La ansiedad negativa, es interna. Aunque el estímulo o situación sea externa, la persona la interpretará llenándola de sus creencias, necesidades y percepciones internas, lo que dará un significado a ese estímulo o situación.
Al ser un cerebro ansioso, interpreta la situación con ideas pesimistas, catastróficas, totalitarias.
Se llenará de miedo, estará preocupado al punto de sentir sensaciones físicas intensas como: hormigueo en las extremidades, fuertes latidos del corazón, opresión en el pecho.
Estas sensaciones físicas por sí solas tal vez a otra persona no le preocupan, pero debemos considerar que vienen acompañadas de miedo intenso, preocupación excesiva y rumiante (es decir, le da muchas vueltas a lo mismo malo y hasta la puede hacer crecer en peligrosidad), de pensamientos catastróficos. Lo que da por resultado que cuando tenga un rápido latido del corazón la persona piense: “Me está dando un ataque cardíaco y nadie me va a poder ayudar, por lo que moriré, dolorosamente”.
Por supuesto, si se vive, si se piensa así, además de que se cree que es algo cierto, claro está que serán sensaciones pavorosas.
Características esenciales del estrés que lo diferencian de la ansiedad.
Generalmente es una respuesta a una causa externa, como presentar un examen, pedir un aumento de sueldo, no perder el tren porque llegaría tarde a esa junta importante.
El evento sucede una sola vez y tiene corta duración. Las preocupaciones son pasajeras, de corta duración, no generan malestar continuo, por lo que pueden concentrarse en diversas actividades.
Como podemos ver en la definición del estrés no está la palabra miedo, y mucho menos terror. Las emociones en el estrés pueden ser preocupación a lo mucho, pero no llegarán al miedo.
No hay alteraciones o sensaciones físicas abrumadoras. Esto le ayuda a que no impidan su desarrollo de actividades. O bien, si es un estrés intenso, éstas podrían pausarse un poco, para en poco tiempo retomarse sin complicaciones.
En el estrés, la persona pensará en diferentes formas de solucionar lo que se le presenta, tal vez esté preocupado y pensaré en posibles escenarios donde puede complicarse y solucionar la situación. Podrá buscar ayuda de otras personas, y se dará la oportunidad de experimentar porque considera que de alguna forma podría haber alguna respuesta o solución en algún lado. O en su defecto, no considerar la situación tan terrible y urgente que no se pueda esperar a otro momento para que se dé una solución.
Aunque esté estresado, las preocupaciones de la vida cotidiana no son excesivas, se perciben como manejables y pueden ser aplazadas si surgen asuntos más urgentes.
Puede continuar y disfrutar su funcionamiento psicosocial. Es decir, disfrutar, dormir, comer, convivir con otras personas, divertirse. El pensamiento y las sensaciones no obstaculizan sus actividades diarias.
Estar bajo estrés puede presentar cierta dificultad para parar los pensamientos, pero con esfuerzo o distracciones es posible concentrarse en sus actividades. Aunque regresen los pensamientos de inquietud no hay una idea general de las horribles catástrofes que están por suceder, lo que lo hace más fácil de tolerar y manejar.
Puede existir preocupación sin llegar a malestar subjetivo porque a la persona le es posible encontrar una solución o canalización al pensamiento, lo que facilita que pueda relajarse. O si se siente muy estresado, tal vez esté incómodo un par de noches, pero esto termina al poco tiempo, pudiendo retomar su ritmo de vida y descanso.
Tener episodios de estrés constantes y que aumenten en tiempo, intensidad y forma, pueden ser un factor de predisposición a la ansiedad, pero eso va a depender de la persona y sus características bio-psico-sociales.
Características esenciales de la ansiedad que la diferencian del estrés.
A diferencia del estrés que la respuesta es a una causa externa, en la ansiedad será a una causa interna. Es frecuente que las personas que viven con ansiedad comenten que viene de situaciones externas, siendo éstas las que “le generan ansiedad”. Pero es la interpretación que haga de ese evento lo que generará ansiedad.
En el ejemplo de la ansiedad positiva, hablamos de un coche que rechina las llantas y toca el claxon, se piensa: “Me van a atropellar”, hasta aquí es adecuada la respuesta, es automática por el instinto de supervivencia. Pero cómo interprete la persona posteriormente ese evento, es decir, los significados que le de, las razones que le asigne, harán la diferencia de que sea un evento ansioso o solamente un evento que fue un susto, pero que ya pasó.
El tiempo de duración. Mientras el estrés es de poca duración y puede ser un solo evento, en la ansiedad es de larga duración y en casos complejos, de permanencia fija en la persona. Y no es un solo evento, si no que se asocia a una serie de eventos y circunstancias que son percibidas con miedo intenso, que pueden llegar al terror que desencadenará en un ataque de pánico.
En la ansiedad, la persona no solamente está preocupada, está realmente asustada de lo que pueda pasar. Según el nivel de ansiedad que presente, será la respuesta dada: por ejemplo: quedar paralizado, atormentado con las ideas de lo que puede pasar y por consiguiente se cerrará a la posibilidad de encontrar soluciones.
Otra característica de la ansiedad es pensar en escenarios catastróficos.
Revisemos con más detalle a lo que me refiero:
En una escala del 0 al 10, donde :
0 (cero) es “puede pasar algo, pero no requiere mi atención”.
10 (diez) es un pensamiento donde se cree que pasará “lo peor de lo peor” y por lo tanto requiere toda la atención posible.
En el caso de la ansiedad, los niveles de tensión tienden a ser muy altos, de 7 en adelante, la persona va a encontrar desde el pensamiento ansioso, que todas las condiciones imposibles sucederán al mismo tiempo y, por lo tanto, no es posible una solución.
En el ejemplo de las sensaciones físicas mencioné que ante el latido fuerte del corazón, la persona lo interpreta como:
“Me está dando un ataque cardíaco y nadie me va a poder ayudar, por lo que moriré, dolorosamente”
Como podemos ver desde el principio la persona interpreta que un fuerte latido del corazón puede ser un ataque cardíaco, es decir, lo coloca en una escala alta de ansiedad, por lo que podemos considerar que el pensamiento es altamente pesimista, sin embargo. el pensamiento catastrófico puede estar varios niveles por encima del pesimismo.
Vamos viendo en el ejemplo cómo se complica, agregando la idea “nadie me va a poder ayudar”, que a su vez se complica , porque “morirá” y le suma otra complicación, será “dolorosamente”.
Así es exactamente el pensamiento catastrófico, repito, se cree que lo peor de lo peor va a suceder, junto con improbabilidades que se piensan con hechos fácticos (la persona no duda que realmente eso va a pasar, esto es parte del Pensamiento totalitario)
Por lo que podemos observar en la ansiedad:
Sensación física + Pensamiento catastrófico + Pensamiento totalitario = TERROR! que se expresa en un ataque de pánico (puntuación 10 de la escala).
En la ansiedad a la persona se le dificulta pedir ayuda porque considera que lo que pasa es tan horrible, doloroso, extraordinario, que nadie podría ayudarle y lo que es peor entender la gravedad de lo que puede pasar. Estos pensamientos contribuyen a que la persona se aísle.
Como las preocupaciones asociadas son excesivas por lo general, interfieren significativamente con el funcionamiento psicosocial (por ejemplo: dejar de hacer actividades, alejarse de las personas, dificultad para relajarse y estar plácidamente, búsqueda de control excesivo, dificultad para cumplir las tareas laborales).
Las personas que lo viven parecen incapaces de liberarse de sus preocupaciones, a pesar de que usualmente son conscientes de que su ansiedad es más intensa de lo que amerita la situación.
No se pueden relajar, se asustan con facilidad, y tienen dificultades para concentrarse.
Las preocupaciones cotidianas se asocian con mucha frecuencia a síntomas físicos (por ejemplo: inquietud, sensación de hormigueo en las extremidades del cuerpo, sentimiento de agitación o nerviosismo) que le generan más temor porque considera que esto puede complicar la situación.
Las personas con ansiedad generalizada mencionan tener malestar subjetivo debido a la preocupación constante y al deterioro de las áreas sociales u ocupacionales, o de otras áreas importantes del funcionamiento.
Podemos encontrar trastornos del sueño, donde ya existe insomnio u otras afectaciones en el dormir que no le permiten estar en una condición óptima para su desempeño diario, por lo que sus interacciones psicosociales se ven afectadas.
Los estados de ánimo son de pesimismo, enojo, angustia, se sienten abrumados y con la sensación de que esto nunca va a acabar, miedo, crítica.
Conclusiones.
Como podemos ver que estar estresado no es estar ansioso. El estrés es una respuesta física o mental, pero sucede una sola vez, por lo que el esfuerzo que se ponga para su solución es menor frente a la ansiedad, y mayor frente a su día a día sin estrés.
Pero aquí lo importante a señalar, es que cuando se encuentra estresada la persona puede ver y pensar soluciones, el pensamiento y las conductas se mantienen flexibles.
Mientras que la ansiedad no generará flexibilidad en las ideas y acciones, la percepción de duración es “para siempre”, “nunca va a terminar”, “no hay nada que hacer”.
Al ser constante el malestar esto hará que tienda a aumentar los niveles de ansiedad.
Es importante conocer cuándo estamos frente a una situación sólo de estrés a una situación ya ansiosa, porque podremos determinar en menor tiempo cuándo necesitamos pedir ayuda psicológica, porque frente al tema de la ansiedad, no es un tema simple, mucho menos que deba dejarse a la voluntad, porque está fuera de sus parámetros.
Además también de aprender a distinguir cuándo debemos cuidar que el estrés no se alargue en tiempo y forma, para evitar posibles complicaciones.
En #TerapiaPsicológica podemos trabajar con herramientas adecuadas para el correcto manejo del estrés y de la ansiedad.
Contáctame:
Psicóloga Aura Hernández Rosas
Tajin 363, Narvarte, Benito Juárez, CDMX, 03020
www.psicologacdmx.mx
WhatsApp: 5513291619: https://wa.link/s0wxn1
Comments